El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consideró este lunes «inmoral» que el exdirector de Pemex Emilio Lozoya, procesado por la trama Odebrecht, fuera captado comiendo en un restaurante de lujo en la capital mexicana.
«Es legal pero es inmoral que se den estas cosas. Es una imprudencia, una provocación», expresó el mandatario en su rueda de prensa matutina en el Palacio Nacional.
La periodista Lourdes Mendoza difundió el fin de semana unas fotografías de Lozoya, quien afronta su proceso en libertad gracias a un acuerdo con la Fiscalía General de la República (FGR), en un restaurante de la adinerada zona de Lomas de Reforma de Ciudad de México que causaron indignación en redes sociales.
López Obrador recordó que Lozoya «está recibiendo un trato especial porque decidió dar a conocer toda la corrupción» del Gobierno anterior, pues interpuso una denuncia en la que implicó en la trama Odebrecht a varios políticos, incluido el expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018).
«Por eso produce indignación el que esté comiendo en un restaurante de lujo. Aunque legalmente lo pueda hacer, se trata de un testigo de actos de corrupción que dañaron a México», dijo el presidente.
El mandatario expresó que «ojalá la Fiscalía informe sobre este asunto», aunque aclaró que tiene «confianza» en el fiscal general, Alejandro Gertz Manero.
Muchos usuarios compararon el trato a Lozoya con la intención de la FGR de imponer en prisión preventiva a 31 científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) por supuestos actos de corrupción, un caso que ha indignado a la comunidad académica.
«Que se aplique la ley por parejo, al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie. No porque yo soy científico tengo derecho a robar, no. Nadie tiene derecho a robar, sea quien sea», respondió el presidente.
La trama de corrupción de Odebrecht, que ha afectado a varios países latinoamericanos, estalló en México el año pasado tras el arresto en España y la extradición a territorio mexicano de Lozoya.
El que fuera director de Pemex entre 2012 y 2016, acusado de recibir 10,5 millones de dólares en sobornos de la constructora brasileña a cambio de contratos, cerró un acuerdo con la Fiscalía general mediante el cual delató a buena parte de la élite política mexicana a cambio de afrontar su proceso en libertad.
Denunció que Peña Nieto y su secretario de Hacienda Luis Videgaray usaron sobornos de la constructora brasileña para comprar el voto de legisladores opositores a favor de la reforma energética que abrió el sector a la inversión privada.
Por esta denuncia, un juez impuso en abril pasado prisión preventiva contra el exsenador Jorge Luis Lavalle, única persona que hasta la fecha se encuentra en la cárcel por este asunto.
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