Hace más de cien años llegó a Puebla el primer automóvil y lejos de ser codiciado, paso desapercibido por la mayoría al ser considerado innecesario, además de costoso. Las personas se trasladaban en tranvía y si era necesario ir más lejos utilizaban el ferrocarril.
Los poblanos no tenían idea de que esas máquinas que veían tan raro y que no eran confiables, no solo se convertirían en uno de los mayores descubrimientos del siglo XX, con el paso de los años, les darían libertad y les facilitarían la vida y, además, harían de la Angelópolis una de las más importantes ciudades del mundo en la fabricación de automóviles.